Hablar de la infancia implica revisar situaciones o elementos que han sido parte de ella y que han marcado la personalidad y el carácter de una persona mayor.
En la actualidad, gran parte de aquella función lo cumple la televisión y en especial los dibujos animados los cuales marcan y establecen la personalidad del infante y modifican su relación con la sociedad adaptándose, principalmente a lo que el cuadrado con antenas ofrece y olvidando valores familiares.
Uno de los dibujos animados por el cual me sentí identificado durante gran parte del paso de mi niñez a la adolescencia fue la serie norteamericana Beavis and Butthead.
Este programa trataba de dos jóvenes de aspecto bizarro que trabajan en un lugar de comida
rápida y que viven en una casa lejos de sus padres, y en donde se dedican a criticar a la sociedad de manera irónica con un contenido sorprendentemente absurdo.
Ambos muchachos son rockeros y viven en condiciones deplorables e insalubres teniendo como su únicos Dioses al la televisión, la violencia y los alucinógenos.
El programa no está diseñado para cualquier persona ya que
carece de un contenido sólido y representa situaciones incoherentes.
Elegí este programa por ser uno de los primeros dibujos animados que rompe con el esquema tradicional de simplemente divertir de las caricaturas, introduciendo material irónico y burlesco hacia temas o instituciones de la realidad como lo son la iglesia, la política, los valores y el cumplimiento de las leyes y normas
